Friday, March 24, 2006

Ya me reclamaron

De mi post anterior, ya me reclamaron que no mencioné para nada que extraño a mi novio.

Te amo y te extraño Jus :)

Wednesday, March 22, 2006

La tierra de uno

Estoy en casa, por un mes. No hay lugar como la tierra de uno, siempre tengo nostalgia y ahora que estoy aquí me doy cuenta de que es necesaria. Los olores, las personas, la comida, la cheve, todo es mejor en tierras regias.

Ayer nos fuimos a hacer una carnita a la Huasteca y saqué fotos de las montañas. No me había dado cuenta de lo hermosas que son, se acostumbra uno a lo bueno y se olvida de que está ahí. El caso es que estar con mis amigos, comiendo carnita asada y platicando, super agusto me puso a pensar lo buena que es la vida aquí en México y todas las razones que tengo para sentir nostalgia, con razón le gustó tanto a Jus.

Me despierto temprano, me siento contenta, se escuchan los pájaros afuera, las tortolitas, los gallos de la vecina, etc. Ruidos familiares que dejé de escuchar y ahora redescubro, es un asombro encontrar de nuevo la belleza cotidiana de mi casa. Mi mamá está preparando café y huevitos con chorizo, yomi yom... tortillitas, salsita, etc.

No hay lugar como mi casa.

Friday, March 03, 2006

Quote II

A ojos cerrados

Por: Ángeles Mastretta


¿Cuántas veces cierra uno los ojos para no ver y cuántos para ver mejor?
Me lo pregunto porque creo que pensar la diferencia entre una cosa y otra puede ayudarnos a elegir cuál vida preferimos.
No ver lo que nos disgusta, nos aflige, nos amedrenta o nos enfurece y, a cambio, simplemente tratar de no ver nada, es mucho menos útil que cerrar los ojos y llenarlos con nuestras más privadas, arbitrarias y liberadoras fantasías.
En esta época de pérdidas y pesares, cerrar los ojos para distinguir con exactitud no sólo aquello que no queremos perder, sino todo eso que nos urge imaginar es, además un consuelo, un deber de asombro al que no podemos negarnos.
Tirarse bajo el sol que devasta los cristales, apretar los ojos y conseguir permiso de cruzar en velero frente al faro entre rocas que vive labrado en una cajita azul sobre nuestro escritorio.
Cerrar los ojos para discurrir el pasado y volver a reirnos con la tarde de agosto en que nuestra amiga, la de los mil novios, entró a la iglesia, embarazada y radiante, siete años después que todas las demás.
"Pobrecilla, qué bueno que por fin se casa", dice una de nuestras vecinas de banca, invocando con sus palabras los comentarios y argumentos del escandalizado mundo por el que la novia cruzó como un cometa inocente y luminoso.
"¿Pobrecilla?", le pregunta la voz invicta de otra condiscipula. "Pobrecillas de nosotras. Ella tuvo todos los novios que quiso, bailó todo lo que se le apeteció, con quién se le apeteció. Dió de qué hablar, dió en qué pensar, y mira la belleza de norteño con el que va a tener hijos. ¿Lo estás viendo? Está divino, ¿verdad?Pues fíjate que además le va bien en los negocios...
'

Modelo para armar


Si desarmamos mi corazón como un modelo para armar, me imagino que el aventurado encontraría

Discos de Stan Getz
Jazz
Vino blanco
luz de velas
Mucha pasta y pan
Pasteles
Tierrita mojada
Salsa
Una guitarra
Los aromas de los hombres a los que he amado
Postres.. yumi, aunque esos han de estar más como en mis arterias
La noche
Las noches de Varadero
Los bosques de Nanaimo

no se me ocurre más

nostalgia





A veces me pega un frenesí nostálgico, no necesariamente del pasado; sino del mundo de posibilidades que se quedó fuera cuando tomé decisiones.

Se hace camino al andar, y me entra nostalgia por las cosas que pudieron ser diferentes. Los países que no he visitado, los lenguajes que no entiendo, las vidas que no tuve, los amantes que no besé, los amigos con los que no compartí, los hijos que no he tenido.

El mundo, al menos la percepción que tengo de él, se ve chiquito cuando lo comparo con ese vacío tan enorme. Por ahí cierta persona me escribía que siempre sabía donde quería estar y con quién, wow!!. A mi siempre me ha faltado ese compromiso, ese decir: ya llegué a donde quería llegar, estoy donde quiero y ahora lo disfrutaré. Siempre estoy como quien dice, con un ojo al gato y otro al garabato: viendo que nueva cosa hay por emprender.

Envidio a las personas que han logrado establecerse y ser felices (cuando es felicidad genuina), y a veces me queda la duda de si no estoy cometiendo un error, por no conformarme se me va a ir la vida, en puros experimentos, hasta que me gane el cansancio, el hastío, la vejez o la muerte.

Las cosas que dan "estabilidad" las veo en términos de lastres: cosas que te atan a un lugar y situación de la que no fácilmente te puedes zafar: matrimonio, hijos, hipotecas, etc. Lo que nos hace adultos, lo que nos aleja por siempre de la libertad: es un costo alto dejar de lado la idea de viajar ligero y emprender la aventura de ser juicioso y ahorrar para la educación de los hijos, la vejez y los gastos funerarios.

En un momento definitivo, durante mi adolescencia me pregunté ¿cómo quieres vivir el resto de tu vida?. Nunca me inaginé nada como lo que he vivido. No me arrepiento y creo que en general logré lo que quería, he vivido como lo decidí. Creo que es mucho decir en una cultura donde los patrones están todavía muy definidos o en un mundo donde a muchas personas nunca se le da opción o peor aún, nunca se plantean que éstas existan.

A veces veo con una poca de envidia a personas que se casan, van a la iglesia, ahorran y son felices. De verdad felices, porque tienen a sus hijos en una escuela de paga, o tienen mejor carro que el vecino, o porque se fueron con toda la familia a un retiro espiritual "donde se han encontrado a si mismos" -eso siempre me da un poco de miedo, dónde y cuando se perdieron y peor aún, cómo pudieron vivir tanto tiempo sin ellos mismos?? -

A lo mejor no he madurado y soy una persona egoísta y como decía una amiga -forever young-, pero creo que es una fase en la que están atrapadas la mayoría de las personas que conozco. Es díficil crecer y dejar de pensar en uno mismo para compartir visión con alguien más. Hoy me cayó un mail de Justin que me dejó idea y me provocó un ataque -auténtico- de pánico.

Crecer duele :O

ouch!