Wednesday, April 12, 2006

Economías domésticas

Que carajamente terrible es la memoria, el otro día en mi búsqueda infructuosa de la receta del pay/mousse de guayaba me encontré con esta página que me trajo muchos recuerdos.

http://bibliotecadigital.conevyt.org.mx/colecciones/consumidor.htm

No se si se un rollo exclusivo de mi generación vetarra, pero a las horas mas anodinas de la madrugada en los canales más extraños, ponían el programa del consumidor: que a mi siempre me parecía de lo más bizarro, por la programación que incluía. Generalmente se daba información detallada acerca de la calidad y precio de diferentes productos, tips para ahorrar dinero en casa, etc. todo con el formato de producción de la hora nacional (y hasta las mismas voces y locutores).

Mi parte favorita era la llamada economía doméstica. No entiendo si porque de esa manera puedes ahorrar mucho dinero o que, pero yo siempre me imaginaba amas de casa maltratadas, preocupadas por el excesivo precio de la vida o peor aún con un marido borracho y golpeador al que temían pero sufrían como su cruz, en el mejor espíritu de Marga López. 

El caso es que las economías domésticas del programa del consumidor enseñaban a estas sufridas amas de casa a fabricar en casa artículos variados como:
talco
shampoo
queso de cabra
conservas de tuna
etc..

Uno de los que más me impresionó fue un segmento que enseñaba como hacer salchichas, porque a mi tierna edad, todos los productos industrializados resultaban imposiblemente higiénicos y complejos para que una ama de casa analfabeta los pudiera preparar en casa. Me imaginaba a la pobre mujer siguiendo los tips para hacer todos esos productos en casa para darles de comer salchichas a sus hijitos o poder comercializarlos entre amigos y familiares y por supuesto, pagarle el vicio al marido, que siempre encontraba los ahorros y se los gastaba en francachelas con los amigotes (creo que tuve una infancia sobrexpuesta a las joyas del cine nacional).

A pesar de la fuerte impresión que me causaba ese programa en la infancia, lo había borrado por completo de mi memoria. Fue hasta que me topé con esa página que me acordé  de su existencia y empecé a pensar en que habría sido de esa abnegada mujer que anotaba las instrucciones en una libreta triunfo o pedacitos de papel de tortillería y un lapiz chiquito y chato que humedecía con la lengua cada que iba a escribir: que en mi visión infantil era el equivalente a ser pobre.

A los que no se acordaban de su existencia, o a los que nunca se toparon con este drámatico programa, dense una vuelta por la página... de pronto se pueden poner a fabricar shampoo en sus ratos libres. Como mi hermano que hizo ese experimento en prepa y llevó lleno de orgullo el producto de sus afanes químicos a casa, donde la desconfianza generalizada hizo que acabara siendo usado para lavar carros y perros. Por eso mi hermano nunca se reconcilió con su lado científico.

En avance informativo, hoy tenía antojo de una paleta de hielo y fui a una carnicería mexicana que está aquí cerquita. Compré dulces y mi paleta y ya de salida le pregunté a la dependienta por mi pay, resulta que a la vuelta de mi casa hay una pastelería mexicana donde lo venden. Yomi yomi... bendita comunidad latina :)

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