Paisanaje

1. Paisanos

He estado platicando mucho en línea con mi futuro compadre -Damiano-.

Me conmueve mucho ese hombre, sobre todo cuando habla de México y de los Mexicanos. Me deja el corazón tibio y apesumbrado, porque yo que más quisiera que dejar esta planicie y ver montañas y las nubecitas ensoñadoras de mi pueblo.

El caso es que estábamos platicando y me dice: "ya estás hablando como nosotros los Mexicanos", y yo: ¡pero si tu eres de Italia!. Me hizo reir. Ya está igual que el canijo de Justin que también se anda apropiando de la nacionalidad ajena. Se siente bonito de todas formas.... he conocido a Mexicanos aquí y siempre hablamos de nuestro país con orgullo y nostalgia.

2. Una raza, una panza.

Últmamente hemos estado yendo a casa de unos amigos que son Salvadoreños. Comemos rico, nos emborrachamos, bailamos, en general nos la pasamos genial, son bien lindas gentes. Igual es cierto eso de "una raza, una panza" y yo agregaría: "y una hospitalidad". Este fin de semana nos invitaron y prepararon algo que se llama "Yuca sancochada", que ricura. La verdad es que a la Yuca siempre la había visto con ojito suspicaz, pero comí hasta que ya no pude, deliciosa y además sin grasa, no te sientes todo lleno y como son puras verduras se te baja rápido. Apenas me iba a acabando la yuca y le comento a Ángeles (nuestra anfitriona): "por cierto, que rico estaba el ceviche que preparaste el otro día", y de pronto se desaparece un rato y regresa con ceviche recién hecho... NOOOOOOOOOOO!!!

En su casa, después de la comida, empieza el baile: cumbias, bachatas, salsa, reggaeton. Increíblemente Justin ha resultado ser un bailarín de closet y nomás le ponen musica y baila con cuanta se deje. Que peligro. El otro día fuimos a bailar y me dice, mira a ese gringo que feo baila, jajajajaja, ya se cree experto en bailes latinos. Pues ya después de mover el bote y de que mi amigo nos dijera que nos quedáramos a dormir por aquello de la polecía, empiezan a circular pupusas para reconstituir fuerzas.

Nos fuimos a dormir a eso de las 6 de la mañana, resucitamos a las 10 y silenciosamente salimos de la casa. A la hora nos habla el anfitrión: ¿pues donde andan?, los estamos esperando para el almuerzo: huevos, plátanos fritos, frijoles, pupusas. Dios santo, en el fin de semana engordé 3 libras :(

Creo que necesito bailar más vigorosamente a la otra.

3. Adicción.

Uno no puede ir a un restaurante colombiano sin hacerse adicto. Consíderense advertidos.