Friday, October 13, 2006

desperation is a woman's name

1. Crisis

Estoy en mi break de tacita de té, detengo mi afán lector para leer el periódico o los blogs de mis amigos, o mandar mails, antes de ponerme a escribir mi reporte de lectura, y sacarme un 90 -yet again-. No se culpe a nadie de mi mediocridad académica, la maestra siempre me baja un punto por la conclusión y la verdad es, como bien mencionó ese gran sabio que es el justin; que soy una arrastrada para leer y hago el reporte 40 minutos antes del cierre y lo que tengo en mente es aventar el reporte y generalmente es la conclusión la que hago al madrazo y la que me roba ese punto que me aleja del 100.

Ayer me preguntaba -¿que me poseyó para hacer la maestría en historia, si a mi lo que me gusta es la educación?- yo creo que la desgana y arrastradez que siento ultimamente a la hora de leer se debe a mi creciente desinterés en la construcción del discurso histó(é)rico. A estas alturas de la vida se me hace lo más estéril saber si la historia tiene un método, o si las aproximaciones al discurso histó(é)rico se hacen desde x o desde y. A lo mejor es que ya estoy decepcionada del sistema, que fracasa en ofrecer una interacción intelectual real entre los miembros del grupo, a lo mejor ya me estoy haciendo vieja para estar leyendo estas chaquetas mentales de estos viejitos, que evidentemente no tenían nada más que hacer.

Estoy encerrada leyendo en la casa y pienso, en todas las cosas mucho más interesantes que podría estar haciendo: leer las pilas de libros que saqué de la biblioteca, escuchar música, llamar a la Here, buscar el regalo de cumpleaños del Jus, salir a platicar con las guetemaltecas embarazadas que se sientan abajo de un árbol y me molestan porque tengo treinta y mucha hueva de tener hijos, irme a dar una vuelta en la bici o ya de jodis limpiar la casa (JAJAJAJA, nahhh).

Me gusta estudiar, pero creo que ya estoy enfadada y lo que quiero es terminar y hacer otra cosa. Por lo pronto, terminar el reporte con más tiempo para no seguir en este ciclo de mediocridad, si alguien sabe el remedio para la pereza intelectual, compártalo.


2. El matricidio debería ser legal después de los 30

Esa sería una bonita ventaja que llega con la edad, así como la sabiduría. No me malentiendan, quiero mucho a mi señora madre y la extraño, pero cuando me cayó el veinte de que íbamos a estar en casa dos semanas con mi madre y su amiga y de pronto desde muy dentro de mi corazón salió un grito -noooooooooooooooo-. Tengo tres días dándole vueltas al asunto y sintiéndome crecientemente inquieta ante la perspectiva.

Si hay cosas que me exasperan son las aglomeraciones (aviones, pulgas, malls en domingo, etc) y el ruido (una de las razones por la que no me gustan los niños). Mi mamá es chida, pero su idea de ser una buena madre está casi junto con pegado con tener verborrea aguda. No hay espacio de silencio e introversión que no sea conquistado por su parlanchina expliación de los aconteceres del día, las aventuras de sus comadres, lo que aprendió en la iglesia. Sus palabras -como la luz en aquel cuentecillo de García Márquez- inundan las habitaciones y no dejan espacio para respirar, para vivir, para pensar.

Cuando vivía en mi casa, era la situación ideal. Iba platicaba con ella un rato y volvía a la quietud de mi espacio; pero ahora el espacio está tomado.

tiemblo

2 comments:

Vivian Loquesea said...

y ese cuento todavia no me lo sabia..
ay diana,que estresss
qe corran inquilinos hehe


como te va preciosa
ya te extraño, vente y nos vamos de hoteleras baratas haha
pa que no llegues a tu casa
who loves you?

D said...

hey viole!

ya vamos ya vamos!

2 semanas en monterrey,
yeiiii

:)

d