Monday, August 29, 2005

Loco obsesionado en complacerte



La cochina música de banda y camino a ninguna parte.

Estoy loca y me duele mucho mi pequeño corazón. Desde el viernes estoy en una crisis de corazón roto que no se me pasa. Hoy fui de compras, eso siempre me relaja, me compré una ipod color verde envidia, y ni eso curó mi tristeza..... gasté demasiado y sigo triste, luego traté de abrir mi cepillo dental y me quebré un diente, me siento sola y así como que nadie me entiende y necesito ver a mi gente. Traté de traspasar mi amargura a otras personas sin éxito... estoy en crisis groa groa groa groa y me aturdo con música a todo volumen, no comiendo, no durmiendo y furiosa... eso es peligroso. Prefiero no dormir y no comer y no tener medios porque como decía Rosario Castellanos (que nunca ha sido santa de mi devoción por ñoña y morirse de una manera tan estúpida), no hay nada más peligroso que una mujer pensando.

Estoy de mal humor y tengo sueño.

No me quiero dormir porque últimamente mis sueños son un desfile de gente que no quiero ver, shu shu. Estoy flaca y siento que debería ser feliz, pero a mi los deberías no me jalan muy bien, porque soy un ser complejo y acabo decepcionando a las personas que me quieren, menos a las que no esperan nada de mi, como mis amigos... alejo a las personas porque no quiero hacerles daño y al final me siento peor.

Mhh, quiero estar sola y acompañada, pero más bien sola en la playa en Oaxaca y bañarme todos los días en el mar. tomar cervezas y sentir que en cualquier momento la vida se acaba, puaf... también me gustan los poemas de Pessoa y las camisetas de 50 dólares que no me compro gracias a mi cochina conciencia de clase.

Jerry dice que soy una persona triste, pero creo que me he topado con personas más tristes que yo y ¿que hacer?... las tristezas compartidas a veces son menos feas, o más solitarias... las batallas en tiempos de paz son mas violentas y entre mas joven las enfermedades y los ataques al corazón más virulentas. Soy una cínica, y me siento mal por eso, cochina consciencia.

Llevo mucho tiempo que nada me contenta, antes al menos podía hacer cosas más recreativas.... estoy muy vacia hoy. El viernes viene Here y estoy contenta por eso, fuera de eso es un mal día.

Fui a un bar extraño y luego a otro. Me gustó y tomé Heineken... había una cabeza de alce disecado y velas, el bartender no era muy amistos, pero la gente si. Unos tipos nos siguieron a otro bar, los hombres me dan miedo y más si hablan solos. Un defeño cuarentón me quería seducir y Justin lo espantó con su acento inglés... me gustó el bar feo y antiguo.


Odio las traducciones malas. Em português.

Lisbon revisited (1926)


Nada me ata a nada.
Quiero cincuenta cosas al tiempo.
Con la angustia del ávido de carne anhelo
no sé bien qué:
definidamente lo indefinido...
Duermo inquieto, y vivo el soñar inquieto
del que duerme inquieto, a medias soñando.

Me cerraron todas las puertas abstractas y necesarias.
Corrieron las cortinas ante todas las hipótesis que habría podido ver en la calle.
En el callejón donde me encuentro no está el número de puerta que me dieron.
Desperté a la misma vida que me había adormecido.
Hasta mis ejércitos soñados sufrieron la derrota.
Hasta mis sueños se sintieron falsos al ser soñados.
Hasta la vida sólo deseada me harta -hasta esa vida...

Comprendo a intervalos inconexos,
escribo en los lapsos de cansancio
y es tedio hasta del tedio lo que me arroja a la playa.
No sé qué destino o futuro compete a mi angustia sin timón;
no sé qué islas del Sur imposible son las que me aguardan, náufrago,
o qué palmares de literatura me darán un verso al menos.

No, no sé esto, ni sé otra cosa, ni sé nada de nada...
Y en el fondo de mi espíritu, donde sueño lo soñado,
en los campos más remotos del alma, donde recuerdo sin causa
(y el pasado es una niebla natural de lágrimas falsas),
en los caminos y atajos de las florestas lejanas,
donde supuse mi ser,
huyen desmantelados, últimos restos
de la ilusión final,
mis ejércitos soñados, derrotados sin haberlo sido,
mis cohortes por existir, despedazadas en Dios.

Otra vez vuelvo a verte,
ciudad de mi infancia pavorosamente perdida...
Ciudad triste y alegre, otra vez sueño aquí...
¿Yo? Pero, ¿soy yo el mismo que aquí vivió y aquí volvió,
y aquí volvió a volver y a volver,
y aquí de nuevo ahora ha vuelto a volver?
¿O todos los Yo con los que aquí estuve, o que estuvieron, somos
una serie de cuentas-entes ensartadas en un hilo-memoria,
una serie de sueños de mí por alguien que hay fuera de mí?

Otra vez vuelvo a verte,
el corazón más lejano, el alma menos mía.

Otra vez vuelvo a verte -Lisboa y Tajo y todo--,
transeúnte inútil de ti y de mí,
extranjero aquí como en todas partes,
tan casual en la vida como en el alma,
fantasma errante por los salones del recuerdo
envuelto por el ruido de ratas y de maderas que crujen
en el castillo maldito de tener que vivir..

Otra vez vuelvo a verte,
sombra que pasa a través de las sombras y brilla
un instante a una fúnebre luz desconocida
y se adentra en la noche cual estela de barco al perderse
en el agua que dejamos de oír...

Otra vez vuelvo a verte,
pero, ¡ay, a mí no vuelvo a verme!
Se ha roto el espejo mágico en el que volvía a verme idéntico
y en cada fragmento fatídico sólo veo un pedazo de mí
-un pedazo de ti y de mí.

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